Esto NO es una prueba
- Charlye Corado
 - 17 mar 2019
 - 3 Min. de lectura
 
Actualizado: 24 nov 2023

He escuchado frases así: “Hagamos una prueba”, “Intentémoslo”, “Veamos que pasa”, o “Pongamos todo en un sartén, a ver que sale”. Todas indican que se desea probar algo, experimentar con los escenarios y obtener resultados que comprueben o desmientan una teoría o una idea. Aunque no hay nada de malo en eso, muchas veces sucede que, si el experimento falla, se suele renunciar.
En mis años de adolescencia me gustaba ver un programa de Discovery, MythBusters (Los cazadores de mitos). En el programa, se hacían diversas pruebas, muchas de ellas basadas en el método científico, y otras justificadas con explosiones. El fin era para comprobar si un mito popular era verdad, posible de alguna manera o mentira.
El atractivo del programa, al menos para mi, más allá de la explosiones, los experimentos y las secuencias en cámara lenta, era la perseverancia en muchos de los casos para lograr encontrar lógica y sentido al mito y no descansar hasta llegar a la máxima conclusión, sin importar si esta era verdad, posible o mentira.
Lamento que, en muchas ocasiones, comencé a probar y hacer cosas que terminé dejando a medias por falta de ideas, desorden o fracaso. Muchas veces me frustré por no obtener los resultados que esperaba después del primer intento. Solía pensar o decir que era una idea tonta o que sería mejor no haberlo intentado. Aprendí, con el tiempo, que no podemos esperar resultados tipo microondas de nuestros proyectos e ideas; se necesita tiempo para planear y desarrollar adecuadamente una idea, para que luego de un tiempo se puedan medir resultados y se determine si valió la pena o hay que cambiar el camino.
Creo que este blog es mi prueba. Iniciarlo ha sido todo un proceso, y aunque tengo claro lo que deseo hacer, las dudas permanecen. ¿Será lo correcto?, ¿Es esto lo que Dios quiere que haga?, ¿Durará? Me propuse y me prometí a mí mismo que esta no sería una prueba, debía lanzarlo y si al principio no funcionaba, cambiar hasta encontrar el rumbo correcto.
No sé si has experimentado esta sensación. Quizá tienes un deseo puro en tu corazón, quieres hacer algo para Dios, algo que sea muy tuyo, pero que no se trata de ti, sino de Dios y no sabes como empezar o si será lo correcto para hacer. Creo que lo mejor que podemos hacer es preguntar a Dios y Él responderá. Me pasó.
En una noche de finales de junio del 2017, me encontraba en un lugar rodeado de muchas personas, creo que eran más de 13,000. Estábamos reunidos para alabar a Jesús en un festival increíble. Mientras cantábamos y dábamos gloria a Dios con las melodias de la banda en el escenario, sucedió algo que nunca me había experimentado, (y a la fecha que escribo esto, no se ha vuelto a repetir) escuché muy claro dentro de mi una voz que me dijo: “Vas a esperar a tener los recursos para empezar”
Yo no sabía que pensar o hacer. Me detuve por unos minutos y dije: ¡tiene razón!
A partir de esa noche comenzó en mi un proceso. Estuve mucho tiempo buscando, tal vez de manera equivocada, construir, crear algo que me permitiera hablar de Jesús y darle gloria, pero me di cuenta que en realidad no buscaba hacer algo, sino tener los recursos y luego empezar. Lo pensé por mucho tiempo y no fue hasta octubre de 2018 que me decidí por este Blog.
Jamás en mi vida había escrito algo que no fuera para una tarea, el bosquejo de algún mensaje y eso era lo más genial; por raro que parezca, eso me motivaba más. Ser inexperto me permitiría saber que si al principio no lo hago bien, tendría una oportunidad para cambiar y encontrar la dirección adecuada.
Por eso esto no es una prueba, no se trata de mi, ni de lo que puedo o no hacer. Más que una habilidad para escribir, siempre tuve en mente que el más importante y merecedor de la gloria es Jesús.
Él me alcanzó por un propósito, para buenas obras que dispuso desde el principio. Mi intención con este proyecto no es que me conozcas, sino que conozcas a Jesús, sólo Él te llevará a Dios.
¿Tienes un deseo puro en tu corazón? Ahora comprendo que jamás podremos saber lo será si no damos el paso. Te animo a darte el chance, y tal vez no lo consigas a la primera (aunque, eso sería increíble), pero sé que descubrirás el camino en el proceso.
Observé algo más bajo el sol. El corredor más veloz no siempre gana la carrera y el guerrero más fuerte no siempre gana la batalla. Los sabios a veces pasan hambre, los habilidosos no necesariamente son ricos, y los bien instruidos no siempre tienen éxito en la vida. Todo depende de la suerte, de estar en el lugar correcto en el momento oportuno. Eclesiastés 9:11 NTV



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