El Paso

Personalmente soy bastante distraído cuando camino por las calles. Mi hermana teme por mi vida y solo espera que no caiga en un agujero, tropiece con alguien más o en el peor de los casos, me atropelle un automóvil.

Cuando se trata de cruzar de una calle a otra, tomo mis precauciones, utilizo las pasarelas, pasos de cebra y espero a que el semáforo cambie. Mis amigos creen que soy un miedoso, pero pienso que es mejor esperar que morir.

A veces, cuando quieres cruzar una calle, suele suceder que das un paso y luego ves que se aproximan varios vehículos y debes retroceder. He visto personas muy audaces o muy imprudentes que corren para cruzar apesar del peligro. Es curioso, a ese tipo de personas casi nunca, les pasa nada, mientras yo paso mucho tiempo analizando y considerando todos los aspectos u de tanto pensar, término paralizado.

Una persona que conocí en uno de los empleos que tuve, me dijo una frase muy interesante: “Que no te agarre la parálisis por el análisis”. Jamás en mi vida había escuchado tal cosa, pero ¡vaya que tenía razón! Después de ese momento, me di cuenta que he pasado demasiado tiempo en mi vida dejando de hacer cosas o viviendo con miedo a intentar algo nuevo por pensar demasiado.

Un pensamiento del que me he hecho últimamente es que “Nunca sabremos lo que pasaría si… Personalmente me he perdido de hacer muchas cosas y vivir tantos momentos y tantas experiencias, (algunas en el contexto espiritual), por quedarme parado de un lado de la calle pensado, en lugar de cruzar al otro lado.

No quiero que pienses que uno debe andar por las calles cruzando imprudentemente, pero admito que las personas que ven un pequeño espacio donde yo solo veo dudas y corren con valor para alcanzar su objetivo, llegar al otro lado; no solo son astutos, sino valientes.

Simplemente creo que no piensan demasiado las cosas, se arriesgan y ganan.

¿Te has estado perdiendo de algo por pensar demasiado las cosas? ¿Te has paralizado? ¿Qué pasaría si intentaremos hacer algo nuevo? Nunca sabremos la respuesta si no damos el paso. ¿Cómo saber lo Dios quiere y puede hacer con nosotros y en nosotros?

Sea de superación personal o algo más espiritual, intentar solo hará que perdamos el miedo. Derribemos las barreras del temor y el 'qué dirán'. Solo dando pasos de fe sabremos si funcionará o no, pero el primer paso, es aquel que nos brindará el empuje que necesitamos para avanzar. El camino nos mostrará qué ajustes debemos hacer y la dirección que debemos tomar.

No todo en la vida nos va a resultar perfecto y menos a la primera, pero después del paso, nuestro camino se aclara y es más fácil decidir a dónde queremos llegar. Mientras no damos el paso todo el camino parece confuso y la distancia a cruzar, se hace larga. Si no nos determinamos a dar el paso, siempre estaremos en el mismo lugar, a la espera de otra oportunidad que tal vez, no llegará.

¿Quieres hacer algo nuevo? ¿Quieres retomar algo? ¿Quieres saber lo que podría pasar sí…? ¿Por qué no aquí? ¿Por qué no ahora?

Abram no sabía a donde rayos se dirigía cuando escuchó la voz de Dios, pero decidió obedecerla, él dio el primer paso y eso lo catapultó a ser heredero de la promesa de ser el padre de muchos.

Un paso puede ser lo suficientemente poderoso para hacer la diferencia entre experimentar algo nuevo en tu tiva, incluso algo nuevo de parte de Dios y permanecer en el mismo lugar, paralizado y con la pregunta ¿Qué pasaría si…?

“No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: Olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús”.

Filipenses 3:12-14

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