¡Aquí estoy!
- Charlye Corado
- 18 dic 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 28 ene 2024

Fotografía por: Josh Rmrz (@josh_rmrz) para Somos.Jóvenes 25-30 (@somos.2530)
Todavía recuerdo esa noche. Dios a través de una persona lanza una palabra diciendome: Tienes que hablar de mi.
Te aseguro que yo recibí esa palabra con lágrimas. Agradecido porque Dios me estaba hablando, sin embargo, comencé a preocuparme. Me preguntaba: ¿Cómo podría hablar de Dios?
Yo crecí y me formé en una iglesia en la que el método que teníamos para hablar de Dios a quienes no lo conocían era salir a las calles llevando tratados, que son esos folletos impresos con textos bíblicos y una pequeña oración para aceptar a Jesús en el corazón al final. Tocábamos puertas y si nos abrían, conversábamos un poco y les dejábamos un tratado. Otras veces solo los deslizábamos bajo la puerta o los depositamos en los buzones. También los repartíamos a quienes iban por la calle y si se daba la oportunidad les hablábamos de Jesús y como Él podría cambiar sus vidas.
Personalmente, cuando escuché: Tienes que hablar de mi. Ir a evangelizar con tratados fue lo primero que me cruzó por la mente y dije: Señor, yo no quiero hacer eso. Y lo dije, porque yo sentía que no era bueno en eso. Me frustraba porque cuando hablaba con las personas no me escuchaban o solo recibían el tratado y se iban. No digo que esa forma de llevar el evangelio a quienes no conocen de Cristo sea mala, solo que a mi no me gustaba la idea y sentía que podría haber otra manera más efectiva de llevar el mensaje de Dios a todos.
Comencé a pensar en un blog. No sé, fue una idea que apareció de repente y que me hizo mucho sentido. Yo pensé que podría funcionar y me puse a investigar como hacer el sitio web. Encontré una plataforma y comencé a darle forma a la página. Debo confesar que no lo hice todo tan rápido como quizá debía ser o como yo hubiera querido. Por ratos ya no tenía ganas de seguir y lo dejaba.
Ya antes conté esto. Una noche durante un concierto, estabamos miles de personas cantando con los artistas invitados al evento y en un momento mientas todos adorabamos el tiempo se detuvo para mi y escuché entre todo ese ruido una voz que me dijo fuerte y claro: ¿de verdad vas a esperar a tener los recursos para empezar? Yo me quedé estático. No sabía si lo había imaginado o que había pasado. Solo sé que desde ese día nada fue igual.
Volví a retomar terminar el blog y para finales de ese año ya tenía listo la mayoría de cosas. Luego organicé una reunión en mi casa con algunos amigos y les presenté a todos la idea, les conté acerca del proyecto y pedí que oraran por mi. Al terminar y cuando todos se fueron yo dije para mi: bueno, aquí vamos, aquí estoy.
Lo que pasó en el tiempo entre esa noche y hoy, el por qué dejé de escribir y que me pasó durante todos estos añós es historia para otras entradas del blog. Por ahora, lo que puedo decir es que estos dos últimos años, y especial este 2023 ha estado lleno de momentos en los que he sentido muy fuerte volver a escribir en el blog.
Cada vez que sentí el llamado, yo decía: Aquí estoy, aquí estoy, pero no hacía mucho. En realidad no hacía nada. Hasta que finalmente comencé a ver que todo lo que Dios había puesto en mi, cada palabra, cada idea que apunté saltaban frente a mi. Vi como lo Dios me entregó seguía vigente, sigue vigente.
Me di cuenta que Dios me había entregado esta idea y que si habría de decir: Aquí estoy; no eran solo palabras, sino que era aquí y ahora. Trabajé lo mejor que pude en hacer del blog algo que agradara a Dios y te puedo decir que ha sido todo un proceso. Al principio me frustraba porque yo pensaba que debería hacerlo todo rápido y sin escalas. Hoy, al escribir estas líneas me doy cuenta que no es tarde.
Creo que es el tiempo correcto, la temporada correcta. No voy a mentir, yo también fui de los que creen que para que Dios nos use hay que estar bien, limpios y sin pecar. Y yo buscaba desesperadamente eso, porque en mi afán de querer hacer las cosas 'bien' (por no decir perfectas) pretendía cambiar para poder acercarme a Dios y servirle. En estos últimos años me he dado cuenta que en realidad yo no puedo salvarme a mi mismo y no hay mucho que yo pueda hacer para cambiar sin la ayuda de Dios.
Aquí estoy. Sigo en el proceso y le pido a Dios que Él haga la obra. Me acerco a Él tal como soy y creo, por la Fe, que no saldré igual. A veces quiero que la cosas vayan más rápido, pero estoy aprendiendo a disfrutar el proceso y entender que cada etapa tiene su tiempo y su lugar. Busco sanar a la vez que voy conociendo más a Dios. Un paso a la vez.
Estoy agradecido con Dios. Este ha sido un llamado de muchos años. Cada etapa ha sido una experiencia. Que todo lo vivido hasta hoy, aunque yo no vi mucho propósito en eso en su día, creo que ahora servirá para inspirar a otros, animar al desalentado y fortalecer a quien piensa que no hay esperanza. Qué donde un día hubo dolor, ahora pueda haber amor.
Escribo todo esto para la Gloria de Dios.
Sin más,
Para Dios y a cualqueier parte del mundo que lleguen estás palabras…
¡Aquí estoy!
'estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;'
Filipenses 1:6 RVR1960
'No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.'
Filipenses 3:12-14 NVI
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